Un viaje a Hameki y se te reinicia la vida

Dicen que “un viaje y se te reinicia la vida”. En Hameki, el glamping ubicado en pleno anillo de cenotes de Yucatán, esto es aún más cierto.

Si necesitas renovación, sanidad, recargar la pila, cerrar un ciclo o desintoxicarte de la vida urbana, un viaje a Hameki será todo eso y más para ti. ¡Descubre por qué!

Viajar para reiniciar la vida

La frase “se te reinicia la vida” se convirtió en una especie de meme para describir algo que da un gran nivel de confort, o que tiene el poder de sacarte de una situación de crisis y regresarte a un estado de paz.

Seguramente, la expresión fue concebida como una metáfora de lo que ocurre con la tecnología con la cual interactuamos todos los días. Tanto los aparatos mismos como computadoras y teléfonos, como los programas y aplicaciones instaladas en ellos, suelen fallar de vez en cuando, normalmente cuando están saturados. Para que vuelvan a funcionar, solemos reiniciarlos, algo que usualmente se logra con tan sólo apretar un botón.

Y qué bonito sería poder apretar un botón para que se nos reinicie la vida. Tal vez lo más parecido a eso, sea viajar. No será tan rápido como apretar un botón, pero puede ser igual de efectivo.

Después de una ruptura amorosa, de sobrevivir una crisis, del cierre de un ciclo, de un período de estrés o demasiado trabajo, a veces nos encontramos en esa situación de saturación que no nos permite funcionar y disfrutar la vida.

Entrar en contacto con entornos naturales, mojar los pies, disfrutar la luz del sol, leer un libro, conocer a nuevas personas, comer delicioso, vivir una nueva experiencia. Todo esto es como ponerle una pausa a la vida para tomar nuevas energías y poder volver a funcionar en estado óptimo.

Hameki, un encuentro contigo

Si hay un lugar para darle a tu vida una buena reiniciada, ese es Hameki.

Imagina tener los beneficios de acampar en la naturaleza, despertar con los sonidos de la selva, pero en vez de una tienda austera tienes una tienda totalmente equipada con todas las comodidades de una habitación de hotel.

Para desayunar, hay comida regional servida con café caliente y una vista apacible.

En la mañana, puedes elegir entre refrescarte en la alberca o pedalear en una bici hacia una hacienda con cenotes y senderos para explorar. Ahí, en el silencio de las cavernas inundadas, tienes una oportunidad para escuchar tu propia voz una vez más.

Otro día, si te animas, puedes vivir la experiencia inolvidable de un temazcal en la selva. Atrévete a sudar, a hacer una oración, a purificarte y despojarte de las energías que no necesitas.

Por la tarde, siente el fresco como lo hacen los locales: en una hamaca, con una cerveza en la mano.

De noche, disfruta de una conversación fascinante con otros viajeros o contempla el movimiento del fuego alrededor de una fogata. Antes de dormir, mira hacia arriba, en la ciudad no se ven así las estrellas.

Regresa a casa con una perspectiva fresca. Lo único que necesitas para que se te reinicie la vida es unos días en Hameki.