La Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato es símbolo del esplendor y auge de la riqueza mineral en Guanajuato. Si lo tuyo es el turismo religioso, es importante que agregues en tu itinerario de viaje una parada en esta maravilla arquitectónica.

La historia de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato

Su edificación comenzó en 1671 y fue concluida 25 años después, patrocinada por los mineros de la zona. Elevada a la categoría de basílica en 1957, la Basílica Colegiata Nuestra Señora de Guanajuato es de estilo barroco y ostenta una impresionante cúpula que resalta del resto de la obra.

En su interior guarda una virgen que se ha convertido en la patrona y reina de la ciudad. Esta imagen fue donada por el Rey Carlos I y su hijo Felipe II al pueblo de Guanajuato como forma de reconocimiento a su prosperidad minera el 8 de agosto de 1557. La imagen es una escultura de madera de la Virgen y el Niño, con una tarima de plata repujada como base.

Cerca de esta escultura se encuentran imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, San Ignacio de Loyola, co-patrón de la parroquia y foranía, y la estatua de Santa Fe de Guanajuato en referencia al título de noble y leal ciudad del Real de Minas de Santa Fe de Guanajuato que recibió a imitación de Santa Fe de Granada, de donde vino la imagen de la patrona de la catedral. También junto al altar, podrás observar una joya instrumental: un órgano tubular de 1098 tubos cuyo constructor se desconoce. Este bello instrumento fue recientemente restaurado por el organero alemán Joachim Wesslowski.

Si quieres conocer este lugar, la siguiente información te será útil:

El santuario cuenta con tres accesos, un campanario de tres cuerpos y otra torre de estilo churrigueresco. Parte de la iglesia está dedicada al santo patrón de los mineros, San Nicolás Tolentino.

La basílica se encuentra abierta de lunes a sábado entre las 9:30h y las 13:00h.
Los domingos permanece cerrada todo el día.