La Encarnación, el pueblo fantasma de Hidalgo donde se forjó la Torre Eiffel
En este solitario pueblo aún hay huellas de su pasado minero, lugar en el que se fundó el hierro para construcciones de gran relevancia dentro y fuera de México.
Foto: hidalgo.gob.mx
El Parque Nacional los Mármoles rodea uno de los rincones menos conocidos de Hidalgo, pero que es un tesoro. A 35 kilómetros del Pueblo Mágico de Zimapán, se encuentra La Encarnación, una comunidad que actualmente tiene más casas abandonadas que habitantes. En sus calles y construcciones de estilo inglés puede apreciarse un poco de su importante pasado minero.
La Encarnación está dentro de uno de los bosques más bonitos del país, uno de los sitios más verdes con los que cuenta Hidalgo. Desde 1936, por decreto del presidente Lázaro Cárdenas del Río, esta área entró en categoría de parque nacional.
El pasado de La Encarnación
Fundada en 1815, La Encarnación es una comunidad que destacó por su riqueza en recursos naturales minerales, que dio paso a la creación de la fundidora de la que hoy sólo quedan unos muros cubiertos por maleza y musgo, además de las altas chimeneas de ladrillo rojo que se aprecian desde cualquier punto del pueblo.
El auge para la mina La Encarnación fue mayor cuando obtuvieron la medalla de oro en la Expocición de Londres, a finales del siglo XIX. Durante sus años de mayor productividad e importancia también dieron forma a algunas de las construcciones más importantes de las grandes ciudades dentro y fuera de México, como el antiguo puente de Tasquillo, vías férreas americanas y algunas piezas que fueron exportadas a Europa. Hoy se presume que en los cimientos de la Torre Eiffel, el ícono de París, Francia, puede leerse la marca de esta fundición.
Aunque se trata de una comunidad muy pequeña, tiene mucho encanto y vale la pena visitarlo para conocer una de las bellezas que pocos conocen en Hidalgo. En sus calles se pueden ver las construcciones de estilo inglés que datan desde el origen del pueblo.
La antigua tienda de raya es otra de las paradas obligadas al visitar La Encarnación. A este lugar llegaban los más de 800 trabajadores a comprar todos los bienes necesarios para vivir. Hoy la familia que aquí habita ofrece recorridos guiados para poder conocer más de este pueblo con detalles de primera mano, de las familias originarias del destino.
Déjate conquistar por la magia de su paisaje en el corazón del Parque Nacional los Mármoles. Recorre los senderos místicos entre manzanas y piñones. Deléitate con el sabor de sus fermentos de manzana, sus vinos y deliciosos ates preparados con los frutos del bosque. La Encarnación te espera con sus emblemáticas ruinas, sus tranquilas calles y sus rutas para senderismo.