Esta casona de más de cien años fue construida por un grupo de ingleses que habitó Hidalgo a finales del siglo XIX. Su ubicación privilegiada (frente al Centro Histórico) es ideal para dar caminatas por la iglesia y las calles empedradas o simplemente para ir descubriendo la comida típica y las artesanías de la zona. Cada habitación tiene identidad propia, sus pisos son de barro, las paredes de adobe y los techos de madera; algunas tienen chimenea.