La Casa de las Sirenas

En pleno corazón de la Ciudad de México se ubica La Casa de las Sirenas, un restaurante que todo local y turista debería visitar. Además de la carta que presume lo mejor de la gastronomía de México, el edificio que habita merece la visita. La experiencia que se vive en el restaurante no tiene comparación. Se localiza a espaldas de la Catedral Metropolitana, uno de los atractivos imperdibles del Centro Histórico, por lo que resulta un gran plan visitar este y otros de los sitios que hay que visitar en este cuadro de la ciudad, para terminar con una visita a La Casa de las Sirenas.

Un edificio con 500 años de historia

Como muchos de los edificios que se mantienen en pie en el Centro Histórico de la ciudad, este también tiene una historia que es posible imaginar al apreciar su arquitectura y algunos detalles visibles. Su construcción ya cuenta con más de 500 años y hay varios momentos importantes en el desarrollo de México que son parte de su historia. Este edificio fue una de las construcciones que se levantaron en la primera calle de América, la calzada a Tlacopan en el siglo XVI, en uno de los primeros terrenos repartidos por el primer cabildo de la Ciudad de México, presidido por Hernán Cortés. Esta, como varias de esas primeras edificaciones, tuvieron en su primera etapa piedras rescatadas de las pirámides. Tras una remodelación necesaria por una inundación, para el año de 1754, se agregaron la terraza, la cruz de Caravaca y el friso con motivos florales, y diversos remates de sirenas. De estos detalles es donde adquiere su nombre Casa de las Sirenas. Cuenta con un vitral que no debe dejarse de admirar. "La Bienvenida" es un trabajo alemán que tiene un gemelo, que puede apreciarse en el Museo San Ildefonso.

¡Visita La Casa de las Sirenas!

Después de una remodelación y adaptación que conservó y respetó todos los detalles originales de esta construcción, abrió sus puertas como restaurante en 1994. Desde entonces, es posible visitar este hermoso lugar, el que además es un deleite para el paladar. Hay que probar todo su menú, pero entre los imperdibles están las carnitas de pato confitado estilo Michoacán, el guacamole con chicharrón placero o el taco de lechón entre las entradas. Entre sus fuertes está el chile meco, relleno de picadillo de pollo; el pato dorado al horno, servido con salsa de temporada o moles de la casa; el pescado zarandeado, la pesca del día servida con pure de papa y zanahorias tiernas. Además de los moles de la casa, las ensaladas y las sopas, ¡están los imperdibles postres! Entre los que destacan, está el flan de elote o el de queso panela, el gaznate relleno de mascarpone e higo caramelizado o el mango parroquia servido con helado de vainilla, rompope y nuez. ¡Disfruta sus sabores y no dejes de visitar su terraza! Con vistas espectaculares de la ciudad, ¡escápate a probarlo!