Cuetzalan
Su magia
La montaña regala a Cuetzalan un pueblo de calles empedradas donde callejonear resulta gratificante. Al hacerlo, verás los pájaros volar sobre las palmeras, exhalarás aromas a café, convivirás con aquellos que confeccionan textiles de algodón. Caminarás junto a las mujeres nahuas al ritmo de su falda, si las acompañas, llegarás al mercado donde flores, frutos, canastos y rebozos son el alma del lugar. Al caer la tarde, seguro percibirás el olor a lluvia próxima; a lo lejos, los helechos arborescentes, las cuevas y los ríos esperan para una nueva aventura.
El motivo
Sus arraigadas tradiciones
- Aquí los nahuas no han perdido la costumbre de vestirse como lo hacían sus antepasados.
- Los domingos en la Parroquia de San Francisco puedes escuchar la lengua del pueblo.
- Ese mismo día se lleva a cabo el ritual de la Danza de los Voladores en el pórtico de la parroquia.
- Puedes comprarle a la familia Posadas, en su taller, los penachos que figuran en la Danza de los Quetzalines.
Lo básico
Ver cómo se elaboran huipiles y rebozos con telar de cintura en el Mercado de Artesanías.
Imprescindibles
- Entrar a la imponente Parroquia de San Francisco de Asís.
- Cenar en la Peña de los Jarritos o el lienzo charro El Potrillo.
- Conocer el Jardín Botánico Xoxoctic lleno de orquídeas y helechos.
- Ver cómo se elaboran huipiles y rebozos con telar de cintura en el Mercado de Artesanías.