Pozas color turquesa y una cascada asombrosa, un secreto natural en Puebla

Entre un bosque de ahuehuetes se esconde una paraíso de aguas turquesa, paredes rocosas y piscinas naturales. Hablamos de la cascada El Aguacate en Puebla, un lugar ecoturístico que ha tomado relevancia a partir del 2022, a raíz de la pandemia por ser un espacio abierto y por su cercanía con la ciudad de Puebla.

Este lugar es ideal para los aventureros y amantes de la naturaleza. Para llegar aquí es necesario caminar un buen tramo entre los arroyos del río Atoyac y los árboles hermosos. Te recomendamos llevar zapatos cómodos, ropa fresca y, por supuesto, traje de baño.

¡Anímate a descubrir este oasis en Puebla!

Azul turquesa y paisajes solitarios: cascada El Aguacate en Puebla

México resguarda diversos tesoros naturales y El Aguacate en Puebla es uno de los mejor guardados. A 50 kilómetros, más o menos una hora de camino, de la ciudad de Puebla se encuentra el poblado de Huehuetlán el Grande y aquí se resguarda un paraíso natural, característico por sus aguas cristalinas y color peculiar: la cascada de San Agustín Ahuehuetla, conocida por los locales como El Aguacate.

En este paraíso encontrarás pozas lo suficiente profundas para nadar y realizar incluso clavados. En agua es fresca y limpia lo cual te permitirá disfrutar de un día agradable bajo el sol. Es una escapada ideal para alejarte de la ciudad y conectarte con la naturaleza. Además, podrás llevar a tu perrito y disfrutar de los caminos y pozas con tu lomito.

La cascada el Aguacate se divide en dos caídas: una de 10 metros de altura, siendo la principal, y la segunda un poco más baja. Igualmente al fondo encontrarás increíbles piscinas naturales con aguas color verde esmeralda que recompensarán tu recorrido hasta ahí.

Un camino de aventuras

No es muy sencillo llegar aquí, es por eso que sigue siendo un lugar poco concurrido, —aunque los fines de semana suele tener más visitas. Sin embargo, si eres amante de las caminatas largas en la naturaleza y te gusta descubrir los secretos de México, este lugar es imprescindible y seguro valdrá la pana el recorrido.

Desde la ciudad de Puebla son aproximadamente 45 minutos por carretera hacia la comunidad de San Agustín Ahuehuetla, más 10 de terracería. Para cuidar la zona los pobladores del lugar decidieron organizarse para preservar el lugar y controlar el acceso, así que en el punto de llegada encontrarás a los cuidadores. El acceso cuesta $50 pesos por persona e incluye lugar de estacionamiento. Los perritos también pagan $50 pesos. Recuerda que este dinero es para la preservación del sitio y retribuir a la localidad.

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Una vez que se estaciona el vehículo se recorren, más o menos, 2 kilómetros por los senderos naturales. El recorrido a pie dura entre 40 minutos y una hora, dependiendo del ritmo. Durante el trayecto podrás observar maravillosos ahuehuetes que te darán sombra todo el camino. También podrás seguir el sendero del río, el cual te guiará hacia las cascadas.

Debido a que es un lugar casi virgen, no hay señal ni guías turísticos o lugares para pernoctar. Sin embargo, hay personas de la comunidad que te guiarán por el camino. También puedes acampar en la zona, pero recuerda que es un lugar alejado de la población por lo que debes llevar todo lo necesario y tomar en cuenta que no hay señal ni internet.

Es importante recordar

• El camino hacia la cascada puede ser peligroso por su desniveles y piedras resbalosas. Considera tu condición física antes de aventurarte y lleva los zapatos adecuados.
• No existen guías o centros de atención turísticas establecidos. No obstante, los pobladores son muy amables y te ayudarán en el trayecto. ¡El lugar es completamente seguro!
• Lleva bloqueador, comida, repelente de mosquitos y todo lo necesario para tu visita, ya que no encontrarás establecimientos cerca.
• A pesar de ser un lugar casi virgen, su popularidad está cobrando fuerza por lo que si quieres disfrutar de las cascadas en solitario, es recomendable visitarlas entre semana.
• Terminando tu visita recuerda llevar tu basura contigo y respetar siempre la flora y fauna del lugar.