Es una costumbre ancestral que se realiza cada año en ofrenda a los dioses y a la Virgen de Guadalupe para agradecer y pedir por una buena cosecha. La palabra xhita significa antepasado en otomí. Los hombres se disfrazan con cabelleras hechas con cerdas de rabos de ganado vacuno, y se adornan con grandes cuernos mientras danzan por todo el pueblo.

Inicia cuarenta días antes del miércoles de ceniza y termina el martes de Carnaval.