Casa Colibrí, un restaurante para disfrutar los sabores de Malinalco
A menos de dos horas de la CDMX se encuentra un espacio con vista espectacular, atmósfera de descanso y sabores mágicos. ¡Descúbrelo!
Foto: Facebook Casa Colibrí
Malinalco es un Pueblo Mágico del Estado de México lleno de magia y encanto. Una de las mejores maneras para conocerlo es caminar por sus calles y descubrir así sus diversos atractivos. Encontrarás varios tesoros como sus restaurantes, en donde podrás deleitarte con los sabores que este Pueblo Mágico ofrece, entre ellos el restaurante Casa Colibrí.
Descubre este lugar que seduce a sus visitantes a través de los cinco sentidos y porqué Malinalco es un lugar que te enamora con lo mucho que tiene para ofrecer.
Malinalco, un Pueblo Mágico para saborear
Aquí se llega para recorrer su célebre zona arqueológica y la iglesia del Divino Salvador, que a un costado tiene el exconvento donde puedes admirar de cerca sus frescos. En sus restaurantes es posible deleitarse con los sabores que echan raíces en el alma y para muestra basta Casa Colibrí.
Este restaurante se disfruta con los cinco sentidos. Desde Casa Colibrí, la mirada viaja entre frondosas e imponentes montañas. El oído se deleita con el cantar de las aves, que sobrevuelan este Pueblo Mágico. El olfato es seducido por el aroma del pan recién horneado. El gusto se enriquece con las recetas ancestrales de cocineras tradicionales mexiquenses. Y el tacto es imposible tenerlo quieto cada vez que un platillo llega a la mesa.
Casa Colibrí: una casona con encanto
El restaurante Casa Colibrí es la parada gastronómica imperdible para viajar por los sabores de este rincón del Estado de México. Es también un lugar para apreciar en todo su esplendor los paisajes que Malinalco regala. La bella casona de principios de 1900 se ubica en la esquina más concurrida, donde convergen la plaza principal y la calle Vicente Guerrero.
Tras cruzar la puerta de la casona, descubrirás un salón de paredes de adobe. Este es decorado con un mural en el que se han trazado las ocho especies de colibríes que habitan en Malinalco. Le sigue un patio, en donde un enorme árbol frutal es el centro de atención, así como el letrero neón de “Malinalco Mi Amor” enmarcado por algunos cactus. No hay comensal que se resista a llevarse una postal de este colorido rincón.
Al subir las escaleras, se llega al balcón: un largo pasillo flanqueado por una pared tapiada de artesanías. Espejos, querubines y corazones de latón forman parte de la decoración. Desde la terraza se devela el cerro de los Ídolos, en el que se sitúa la zona arqueológica de Malinalco.
Malinalco, de la tierra a la mesa
Su menú conquista a residentes y viajeros con platillos creados en su mayoría con ingredientes locales, recién cultivados en las afueras del pueblo o comprados directamente con los marchantes de la plaza.
Es un reto decidir cuál será el primer tiempo: molletes de la casa (en pan chapata y con cecina), sopes prehispánicos (con cecina, chorizo y chapulines), tamal de cochinita, lasaña Matlatac (con base de tortilla) o unas salvajes costillas de jabalí, sin dejar de lado a las sopas, tlayudas y bolitas de plátano.
Hacia el ocaso, el restaurante Casa Colibrí es el punto de reunión para disfrutar de un cielo despejado, que se tiñe de naranja, rosa y morado en una sola vista. Para gozar este espectáculo natural nada mejor que un cóctel hecho con mezcal. Esta es la bebida insignia de todo Malinalco, pues es el principal productor del Estado de México.
Entre los cócteles encontrarás los inspirados en las especies de colibríes que se avistan, entre ellos “gaviota” y “rufo”. Si lo tuyo no es el mezcal, hay una amplia variedad de cervezas artesanales, jugos y aguas con fruta de la región, como la afamada maracuyá.
Dónde: Plaza Principal 106, esquina Vicente Guerrero.