Tiene capacidad para más de 20 mil espectadores, un terreno de juego con 174 luminarias LED, dos pantallas gigantes en los costados del campo, un Salón de la Fama, un Museo del Beisbol, un mini estadio especial para niños, un gimnasio y una jaula de bateo.  

Destellos de arte oaxaqueño combinados con el Rey de los Deportes vuelven más atractivo a este recinto. Basamentos que simulan pirámides; un palco principal adornado con una serie de bats tallados y pintados con grecas estilo Mitla, obra de Sabino Guisu; una explanada con la escultura de un cátcher, obra de Sergio Hernández; un vestíbulo con murales de Demián Flores, Amador Montes, José Luis García y Sergio Hernández. En esta galería no podría faltar una reja diseñada por Francisco Toledo. Un partido de béisbol sería incompleto si faltaran los tacos de cochinita pibil y una buena cerveza, estos se prueban en la zona de alimentos y el bar con vista al diamante.