san francisco de la sierra

San Francisco de la Sierra, un lugar lleno de magia

Un oasis, un cañón y una galería de arte de 8,800 años de antigüedad.

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Foto: Eduardo Padilla

San Francisco de la Sierra es un lugar mágico. Apartado de la carretera transpeninsular, pero lo suficientemente cerca como para que te animes a hacer la desviación, este rincón de Baja California Sur es una invitación a la aventura.

Un oasis en medio de un imponente cañón, pinturas rupestres ancestrales, misiones en ruinas y atardeceres dorados te esperan en San Francisco de la Sierra. Sigue leyendo si quieres saber cómo visitar y qué esperar.

Foto: Aldo Gutiérrez

¿Qué hacer en San Francisco de la Sierra?

San Francisco de la Sierra es un destino para los viajeros curiosos y obstinados. Si nunca habías escuchado acerca de él, es porque se encuentra fuera del radar del turismo. El pueblo más cercano es San Ignacio, una pequeña localidad atravesada por la carretera transpeninsular y el lugar en donde comienza tu viaje a San Francisco de la Sierra.

Para llegar al cañón, tendrás que atravesar paisajes desérticos involuntariamente teatrales, adornados de repente por ruinas antiguas o una iglesia pintoresca.

Foto: Araz Hadjian @lunapatagonica

Ya sea caminando o más comúnmente a caballo, penetrar el cañón se siente como una experiencia espiritual, como si estuvieras entrando en un lugar sagrado.

Ahí, entre riachuelos, piedras gigantes y la majestuosidad de las montañas, el silencio es el maestro y el viajero el aprendiz.

Enormes palmeras que parecen llegar tan alto como las montañas se concentran alrededor de un cuerpo de agua, cuyo nivel dependerá del momento del año en el que visites. Es el oasis, el lugar ideal para hacer una pausa, refrescarse, admirar el paisaje y tomar fotos.

Foto: Rodrigo Valdivia

Los muros del cañón esconden un auténtico tesoro: las pinturas rupestres de la sierra de San Francisco, un sitio nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

San Francisco de la Sierra
Foto: INAH

Esta colección de arte prehistórico se puede apreciar a lo largo de un andador de madera construido en paralelo al cañón. En este recorrido, vas a descubrir fascinantes representaciones pictóricas de seres humanos y animales.

Lo extraordinario de estas pinturas es el grado de sofisticación de las ilustraciones, su gran tamaño y lo bien conservadas que está, gracias a las condiciones geológicas del sitio. Se estima que las pinturas rupestres de la sierra de San Francisco tienen una antigüedad de alrededor de 8,800 años.

Foto: INAH

Llegará el momento de montar la tienda de campaña y preparar una cena. Pero antes de eso, un atardecer dorado como los que sólo el desierto puede ofrecer.

Foto: Alejandro Toro @alejandrotorovo

Tips e información para visitar San Francisco de la Sierra

  • Consigue un tour o un guía en el pueblo de San Ignacio. Es la mejor manera de visitar este lugar de manera segura y sin preocupaciones, ya que son los locales quienes conocen mejor el lugar.
  • Para acampar, necesitas un permiso expedido por la Unidad de Información de la Zona en San Ignacio, la que también le proporcionará información sobre el reglamento expedido para visitar el lugar. Si viajas en un tour, es posible que ellos se encarguen de esta parte, pero asegúrate.
  • Cualquier equipo, comida, bebida o suministro, hay que conseguirlo en San Ignacio, ya que no hay establecimientos de ningún tipo en el camino.
  • La entrada a la zona arqueológica de las pinturas rupestres tienen un costo de $90 MXN que puede o no estar incluido en el precio que pagas por el tour.
  • La mejor temporada para visitar es entre los meses de octubre y mayo, ya que el clima es templado. En verano, la temperatura es muy alta durante el día.

Cómo llegar

En auto desde Santa Rosalía, toma la carretera transpeninsular en dirección poniente hasta llegar a San Ignacio. La distancia de Santa Rosalía a San Ignacio es de 76 kilómetros.

Una vez en San Ignacio, hay que tomar el camino al rancho San Francisco de la Sierra, en cuyas inmediaciones comienza la zona de las cuevas rupestres, después de un recorrido de 80 kilómetros.