La Tigrada, una fiesta de color y tradición en Guerrero
Escápate a Chilapa, Guerrero, región donde convergen hablantes de náhuatl, tlapaneco y mixteco. ¡Vive sus tradiciones ancestrales!
Foto: "La mujer-tigre. Doña Sabina Damián, mascarera nahua de Ozomatlán, Guerrero" de Carlos Dávila
El 15 de agosto se realiza la última petición de lluvia en Chilapa y se celebra entre danzas, música, mezcal y ¡tigres! ¡Conócela!
“La Tigrada” es el nombre que recibe uno de los rituales más vistosos del estado de Guerrero para el pedimento de agua. Esta tradición de la época prehispánica se ofrece a Tláloc. Sin embargo, también se realiza para agradecer a la Madre Tierra y a la virgen de la Asunción por los favores recibidos.
Los habitantes de Chilapa salen a las calles vestidos con ropaje atigrado. Arrastran cadenas de metal persiguiendo a uno que otro peatón que por ahí cruza. Su rostro va cubierto con una máscara de madera elaborada por artesanos de las comunidades. Éstas se decoran con espejos y grandes colmillos, semejantes a los del perro o jabalí.
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Tigre o jaguar
En esta parte del continente, el felino representativo de las culturas mesoamericanas es el jaguar. Es un animal asociado con la valentía, la lluvia, los terremotos y la fertilidad. Cuando llegaron los españoles a estas tierras, se fueron mezclando y asociando las creencias hacia la figura del tigre como se conoce hoy en día. Sin embargo, la “relacionalidad” (forma en que se vincula el sujeto con las potencias sagradas de la naturaleza) está conectada con el jaguar y es común que:
“el hombre se equipare al jaguar y que el jaguar se humanice; como pares o dobles tenemos entonces hombres-jaguares y jaguares-hombres, o los propios dioses adquieren las figuras o se transformen en jaguares-cósmicos.
Martínez Ruíz José Luis, 2015. P.22
La leyenda de la Tigrada
En su recorrido, los caminantes atigrados utilizan cadenas de metal que se arrastran para emular con el sonido el estruendo de la lluvia. En tiempos anteriores, antes de hacer la festividad en el centro de la comunidad, el ritual se llevaba a cabo en las tierras de cultivo. “Los tigres” corrían de un lado a otro para alejar malos espíritus que pudieran impedir una buena temporada de siembra o cosecha.
Actualmente, cuando “los tigres” son desafiados en las calles por el público asistente, comienzan una persecución. El felino hace comer a su “presa” un chile verde, así que el huidizo debe ser lo suficientemente veloz para no ser atrapado.
La leyenda en esta región asocia el sonido estruendoso con el enojo de Tláloc. Su furia va dirigida a los hombres, que vestidos de tigre, lo engañaron para robar su maíz.
Los cerros encarnados en dioses fueron entonces considerados como los dueños del agua, los vientos y las semillas, capaces de controlar los fenómenos climatológicos e incidir en el régimen pluvial y la temporada de sequía, además de determinar si habría penuria de alimentos o prosperidad.
Martínez Ruíz José Luis, 2015. P.5
Cualidades humanas y divinas que convergen en la fiesta de La Tigrada
Los atributos del ocelotl o jaguar, para los pueblos nahuas de Guerrero, enlazan y expresan lo que sucede en la naturaleza y la cultura, lo humano y lo divino. Asimismo, se vincula la figura humana con los procesos cotidianos, por ejemplo, con la actividad agrícola.
Es así que entre cadenas o fuetes, cantos y danzas, esta festividad concluye en el centro de la comunidad al anochecer. Además, se arma una verbena popular con puestos de comida típica de la región y música en vivo con tono de celebración.
Así que si quieres agradecer a la naturaleza o pedir el favor de alguna gracia, únete a esta fiesta que es especial para ello.
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