Acuña
A Ciudad Acuña se va a hacer amigos. La frontera, que parecería símbolo de límite y distancia, en realidad es acicate para el encuentro. Aquí, las amistades practican ciclismo, edifican presas, hacen cine o departin en la barra de una cantina legendaria.
El general Hipólito Charles gobernaba Coahuila cuando llegó a la región un grupo de militares bajo el mando del capitán Manuel Leal, quienes solicitaron asentar en estos territorios una colonia agrícola y militar. El 27 de diciembre de 1877 se fundó la población que, en honor a su líder, se llamó Manuel Leal. En 1890, cuando ascendió a villa, se le renombró como Garza Galán.
Cuatro años después adquirió el curioso nombre de Congregación Las Vacas, en alusión a su vocación ganadera. Hasta 1912, se decidió honrar al poeta saltillense del Nocturno a Rosario –los acuñenses se ufanan en decir que su ciudad es la única en todo el país con el nombre de un poeta–, y desde entonces es Acuña; Ciudad Acuña cuando se elevó su rango a ciudad, el 16 de septiembre de 1951.
En este suelo ocurrieron dos aventuras revolucionarias poco conocidas: la primera, cuando en 1908 el Partido Liberal Mexicano enfrentó a los soldados federales de Porfirio Díaz; la segunda, cuando Primitivo Gutiérrez, siguiendo las ideas de los hermanos Flores Magón, tomó la villa e instauró un insólito régimen de comunismo anárquico en el que se expropió fábricas, haciendas y transportes; experimento romántico que solamente quedó para recuerdo de los acuñenses.