Cataviñá
Cataviñá es un pequeño poblado en el desierto de Baja California, rodeado de rincones secretos y asombrosos paisajes.
Descubre el oasis conocido como La Escuadra, escondido entre maleza y gigantescas formaciones rocosas, el sitio perfecto para descansar y refrescarte del calor de mediodía. Desde ese lugar se toma un camino de terracería que conduce a los restos de la Misión de Santa María de los Ángeles, la última empresa religiosa emprendida por los jesuitas en el estado. Para conocerla hay que hacerlo en compañía de un guía, con un vehículo 4×4.
Al norte del pueblo, la carretera transpeninsular lleva a las pinturas rupestres de Cataviñá. Se trata de un sitio de fácil acceso, a orilla de la carretera. Ahí el desierto suelta sus colores dorados, se elevan cardones y cirios. Un sendero entre rocas conduce hasta el promontorio donde hay una diminuta cueva. Hay que agacharse para entrar en ella, pero una vez dentro la mirada se encuentra con una constelación de dibujos en rojo, negro, amarillo y blanco.
Infinitos son los cactus, las pendientes rocosas y los paisajes del Valle de los Cirios que rodea Cataviñá, un sitio ideal para escalar en roca, pero también para practicar ciclismo de montaña. Para hacerlo, hay que llevar siempre víveres, equipo adecuado y evitar los meses más calurosos del año.