La Villa
Un poco de historia
En tiempos prehispánicos, la árida serranía del
Cerro del Tepeyac se cubría de espinas y maleza; ahí se adoraba a la diosa Chalchihuitlicue, Matlalcueye o Tonantzin, tres nombres para una sola deidad. Entre los mexicas,
Tonantzin era la madre de todos los dioses y su fiesta reunía a muchísima gente que recorría largas distancias para participar en ella. Cuando
Cortés sitió la ciudad de Tenochtitlan, el capitán Gonzalo de Sandoval acampó con su ejército en este lugar, llamado por los españoles Tepeaquilla. El 9 de diciembre de 1531, una virgen de tez morena se le apareció al indígena
Juan Diego, iniciando así la historia mágica de esta zona.
El pueblo formado a los pies del cerro durante la época colonial se transformó en villa, de acuerdo con las reales cédulas de 1733 y 1748, y dispuso de un gobierno propio. El 12 de febrero de 1828 la villa alcanzó el título de ciudad
Guadalupe Hidalgo, y la gente pobre de México iba hasta allá para pasar un día de campo. La Villa de Guadalupe tuvo una importante participación en la historia política de México al firmarse en la sacristía de la basílica los tratados de paz entre México y Estados Unidos el 2 de febrero de 1848.
Manuel Rivera Cambas nos describe este lugar en el último tercio del siglo XIX: “En las orillas salitrosas del lago de Texcoco y a distancia de una legua de la capital, está el Santuario visitado constantemente por multitud de viajeros devotos o curiosos; conducen a la villa dos calzadas, una de piedra (Misterios) construida sobre los potreros cubiertos de agua la mayor parte del año, y otra de tierra (Guadalupe), sombreada por dos líneas de álamos blancos, cuyo triste aspecto está en armonía con la aridez del Tepeyac y los otros cerros y las tintas oscuras del horizonte. La estación del ferrocarril urbano ha embellecido esa población que cada día prospera y se ensancha…”.
Hoy en día, la
Villa de Guadalupe recibe a aproximadamente 20 millones de fieles y peregrinos al año, y es uno de los destinos obligatorios de todo viajero durante su visita a la Ciudad de México.
Voces y anécdotas del ayer
Antes de ser fusilado en 1815,
José María y Morelos y Pavón pidió como última voluntad orar a la
Virgen de Guadalupe en la Capilla del Pocito. Además, el Santuario de Guadalupe ha sido visitado por personajes importantes como John F. Kennedy y Charles de Gaulle. El Papa Juan Pablo II estuvo aquí varias veces a lo largo de su pontificado.
Tómalo en cuenta
La fiesta de la
Virgen de Guadalupe tiene reconocimiento internacional y se celebra el
12 de diciembre de cada año en todo el país. Hasta aquí, llegan millones de devotos de todas las clases sociales, de lugares cercanos o de los más apartados rincones del mundo. Grupos de diversos rumbos, ataviados con penachos de plumas, cascabeles y teponaxtles (tambores) danzan con devoción en esta fecha tan significativa; y los más famosos del país se hacen presentes: los Concheros, los Chinelos y los Quetzales. La Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos de la nacionalidad mexicana, y no sólo está presente en cada rincón de México, sino ocupa ya los altares de París, Roma, Los Ángeles y San Francisco, entre otras ciudades.
Sobre el último tramo de la Calzada de Guadalupe se extienden numerosos puestos que ofrecen todo tipo de artículos y souvenirs con la
imagen de la Guadalupana y otros santos. ¡No dejes de arquirir uno!