Ruta del bajío
Lánzate al Bajío mexicano y vive una experiencia de aventura, historia y sabores, en San Miguel de Allende, Atotonilco, Dolores Hidalgo y la hermosa Guanajuato, Patrimonio de la Humanidad.
Ruta del bajío
Conocer México por carretera es una experiencia única para descubrir lugares, sabores y colores. Sentirte seguro al hacerlo es parte importante del viaje, descubre lo que hace diferente a ANA Seguros.
TEQUISQUIAPAN
Esta provincia queretana colonial tiene de todo: clima templado, lindas plazas y calles para recorrer a pie, balnearios, mercados de artesanías, museos y, por si fuera poco, a la lista se añade la tradición en la gastronomía del queso y el vino. Festivales, vuelos en globo, catas con enólogos y conciertos de música en cavas prometen al viajero un sinnúmero de experiencias memorables.
BERNAL
De orígenes chichimecas es Bernal, un rincón queretano quieto y lleno de paz. La vida de sus habitantes pasa sin prisa pues aquí el tiempo parece detenerse. Por cualquier lugar donde se camine siempre está presente su monolito, ese que impone e irradia paz, tranquilidad y misterio, mientras se colorean las calles de dulces, de textiles de lana, de sus platillos. Atrévete a escalar la Peña y explorar sus cuevas.
SAN MIGUEL DE ALLENDE
En San Miguel de Allende, Guanajuato, encontrarás el lugar ideal para disfrutar de un inolvidable acercamiento con el arte y mucho más. Este destino es una de las joyas de México, por lo que la UNESCO la reconoció como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2008. Se fundó como misión en el siglo XVI. Posteriormente, se convirtió en un importante cruce entre ciudades mineras. Durante la Independencia jugó un papel muy importante, por ello su nombre se une con el apellido del insurgente Ignacio Allende, quien allí nació.
GUANAJUATO
Capital del estado del mismo nombre, surgió en el siglo XVI cuando se encontraron en el subsuelo ricas vetas de oro y plata. Así, la ciudad fue creciendo en torno a esta actividad y se convirtió en el centro minero más importante de la Colonia. Recorre su hermoso Centro Histórico, flanqueado por fachadas coloniales, y forma parte de su intensa vida cultural. Eso sí, ¡prepárate para no dormir, porque aquí siempre hay algo emocionante que hacer!
JALPA DE CANOVAS
Huertas de membrillo, de nogales y campos de trigo, Jalpa de Cánovas se levanta ya casi en el límite con Jalisco. Su vida comenzó como una hacienda, esa que alguna vez perteneció a don Manuel Cánovas, a quien debe su apellido el pueblo. Ahí están, para dar cuenta del pasado, las viejas trojes, la extinta tienda de raya, la casa del administrador y el pequeño Santuario de Guadalupe donde antes rezaban los hacendados y hoy lo hacen los habitantes. Entra a conocer el casco de la Hacienda de Jalpa para que veas cómo vivieron sus dueños. No olvides recorrer los viñedos de Bodega el Lobo y probar sus vinos nombrados como algunas óperas.