Presa de la Vega, un atractivo acuático con valor histórico

Hace muchos años, existía la laguna de Teuchitlán, un sitio que se utilizaba para la siembra a base de chinampas.

Tras la llegada de los españoles, esta laguna fue desecada, con el objetivo de convertirla en tierras de cultivo. Sin embargo, al tratarse de una zona de textura salitrosa, no sirvió para tales fines.

Más tarde, en ese espacio se construyó la presa la Vega, para atender fines de riego y control de avenidas entre los años 1952 y 1956.

Actualmente, la presa la Vega es parte de un sistema de gran relevancia hídrica, porque los ríos Salado y Teuchitlán desembocan en ella y dan origen al río Ameca, los veneros de Teuchitlán y el arroyo El Tajo.

¿Qué se puede hacer en la presa?

En la presa la Vega hay restaurantes y puestos de comida, para disfrutar de una experiencia gastronómica en familia.

Asimismo, puedes acercarte a los locales y preguntar por los paseos en kayak o los recorridos a caballo.

La presa de la Vega en Jalisco mide 1,950 hectáreas y alberga una significativa diversidad natural. Se presume que en ella habitan:

• 149 especies de aves
• 12 tipos de anfibios
• 25 especies de peces
• 28 tipos de reptiles
• Murciélagos, nutrias y otros mamíferos

Por ello, es una gran oportunidad para los amantes de la fauna silvestre y la fotografía de naturaleza.

Recomendaciones para tu visita

Si te animas a visitar este entrañable sitio, toma en cuenta lo siguiente:

• El clima de la zona suele ser semicálido subhúmedo, con temperaturas de 18 a más de 26 °C.
• La temporada de más lluvia es en septiembre y de menos, en abril.
• No se recomienda nadar en la presa, porque hay redes de pesca donde las personas pueden quedar varadas.

Fotos: Cortesía de Jürgen y Penafotografica en Pixabay.