Ciudad de Tlaxcala
Tlaxcala es un pequeño estado, pero de enorme belleza; una encantadora ciudad colonial que esconde magníficos murales, hermosas iglesias y tradición taurina. Enclavado en el centro de la
República Mexicana, Tlaxcala está limitado por los estados de México, Puebla e Hidalgo. En su territorio no cabe la palabra desperdicio. En pocos días podrás recorrer las maravillas que encierra, aunque siempre quedará algo por descubrir. Encontrarás naturaleza, historia, cultura y una de las cocinas más extravagantes del país.
La capital del estado más pequeño de
México es una ciudad acogedora (ideal para recorrer a pie), pero con numerosos encantos: desde su plaza principal y el Palacio de Gobierno decorado con murales que narran la historia de la entidad, hasta la magnífica obra barroca de la
Iglesia de Nuestra Señora de Ocotlán.
Hoy esta urbe presume de la amabilidad de sus habitantes y la tranquilidad de sus calles, siendo también el punto de partida para lanzarse al encuentro con sorprendentes zonas arqueológicas y bosques que cada año reciben miles de luciérnagas.
Tlaxcala, 'lugar de tortillas o pan de maíz' es también
tierra de magueyes y, por lo tanto, de
pulque; de volcanes, ríos y cascadas, lagunas, bosques e incluso 'desierto'; de zonas arqueológicas y bellos templos y edificios coloniales, así como de haciendas criadoras de toros de lidia. El turismo ecológico y de aventura es muy popular en la entidad. Su infraestructura y servicios son excelentes, por lo que no debes dejar de visitar este maravilloso pedazo de la geografía nacional.