Ciudad de Chihuahua
Tres ambientes convergen en la capital de Chihuahua. En el centro está la ciudad antigua, la que fundó en 1709 don Antonio Deza y Ulloa como San Francisco de Cuellar y nueve años más tarde cambió de nombre a San Felipe el Real de Chihuahua. De sus primeras décadas destaca la magnífica
Catedral, una de las obras arquitectónicas más bellas del norte de México. Pero otras muchas construcciones religiosas y civiles de tiempos virreinales y de los siglos XIX y XX contribuyen también a darle su elegante atmósfera de antaño.
Alrededor está la urbe moderna, la comercial, la de sus múltiples instituciones culturales y universidades, la de la industria automotriz y aeroespacial; la metrópoli convertida en uno de los principales motores económicos y más dinámicos del norte del país. Y en un tercer nivel periférico están los pueblos encantadores: Aldama con sus huertas y balnearios; Cuauhtémoc con los inacabables manzanares y los campos menonitas; Santa Eulalia con sus cerros y sus minas...
Cruce de caminos, punto de partida del Chepe, puerta del desierto y de la sierra, ciudad multifacética de ayer y hoy: esa es la capital del estado de Chihuahua.