La zona arqueológica de Ihuatzio resguarda los restos de la que fue una de las tres grandes ciudades del Imperio Purépecha, junto a Tzintzuntzan y Pátzcuaro. En su apogeo, Ihuatzio fue un importante centro ceremonial que se extendía a lo largo de 150 hectáreas. Se cree que en esta ciudad es donde se guardaba el tesoro de los purépechas. De las 84 estructuras que han sido localizadas, únicamente siete están a la vista para el público. Sin embargo, este puñado de estructuras da una idea muy clara de la arquitectura tarasca, sobria, elegante y armoniosa.

Algunos de los rasgos arquitectónicos más sobresalientes en la zona arqueológica de Ihuatzio son:

• Los huatziri, o muros calzada. Son caminos elevados que se cree que servían para delimitar espacios y como senderos al interior de la ciudad.
• Las yácatas. Como en otros yacimientos purépechas, encontrarmos estas estructuras circulares sobre bases rectangulares, únicas en todo el mundo prehispánico.
• Calzada del Rey. Se trata de un piso de tierra aplanado, delimitado por dos pequeños muros. Arqueólogos deducen, por la forma y los espacios que el camino comunica, que se trataba de una vía de transportación para el tzizincha o monarca de la ciudad.
• Mirador. Un edificio de forma cilíndrica que, por su posición estratégica, se piensa que pudo haber servido como observatorio o mirador.

La Plaza de Armas

En la zona arqueológica de Ihuatzio también se aprecia un espacio cuadrangular abierto que se conoce como Plaza de Armas. No se sabe con precisión cuál era el propósito, pero se cree que pudo haber sido un mercado o incluso una cancha de juego de pelota. Los primeros asentamientos del sitio corresponden a grupos de habla náhuatl con influencia tolteca que habitaron las islas y orillas del Lago de Pátzcuaro hasta la llegada de los purépechas. A partir de la llegada masiva de los grupos purépechas a la cuenca del lago de Pátzcuaro, estos ganaron poder y dominaron paulatinamente la región hasta consolidar un estado fuerte. Ihuatzio, junto con Pátzcuaro y Tzintzuntzan, sería uno de los tres principales asentamientos y sedes de poder de un vasto imperio. Éste abarcó gran parte del estado de Michoacán y partes de los actuales Jalisco, Guanajuato y Guerrero.

Cómo llegar a la zona arqueológica de Ihuatzio