Descripción:
Pasar una noche o al menos la tarde en el hotel boutique El Mesón del Conde. Se trata de un antiguo mesón reconstruido solo que a medias. En el patio interior se puede ver la diferencia: la parte que no pertenece al hotel está casi en ruinas, en cambio la otra mitad reluce con sus arcos recién pintados. El resultado es una extraña pero intrigante atmósfera, como si el pasado y el presente se hubieran puesto a dialogar de un barandal a otro. Seis cómodas habitaciones, una terraza a la medida de las puestas de sol, un pequeño salón de billar y una cocina hecha de talavera forman parte de los atractivos. Nadie debe perderse una visita a su pasaje subterráneo, donde esperan una salita adornada con herramientas de minero y un poco más al fondo, escondida, la imagen de un Cristo negro.