Descripción:
A un costado de la Plaza Jáuregui se levanta este conjunto conventual cuya fundación se remonta al año 1595, por obra de los franciscanos. Para 1608 fue concedido a la orden de los dominicos. Su atrio es uno de los más cuidados y hermosos de la ciudad; luce extensos jardines que solo pueden recorrerse los fines de semana o cuando se celebran actos religiosos.
La iglesia aún luce sus detalles arquitectónicos originales. No hay que perder de vista los grandes casetones que forman su techumbre, la portería de tres arcos o portal de peregrinos y el claustro. Al interior, espera la Capilla de Nuestra Señora del Rayo y sus retablos dorados barrocos.
Hay que dedicar tiempo para ver también las pinturas de la Virgen de Guadalupe, la Divina Providencia; y un calvario con imágenes de tamaño natural: la Dolorosa, un Cristo y San Juan.
Los días de fiesta, 8 de agosto y 12 de diciembre, el lugar se llena de puestos de comida, hay feria y fuegos pirotécnicos.