Construido por la orden de los dominicos, este conjunto arquitectónico está rodeado por una barda atrial con arcos invertidos; al mirarse por dentro, a lo largo hay pequeñas hornacinas que formaban parte de las estaciones del Vía Crucis, donde se representaba la Pasión de Cristo. La fachada de la parroquia es de andesita rosa; luce columnas adosadas sobre pedestales, nichos, un ventanal cruciforme y el escudo de la Orden de Santo Domingo adornado con flores de lis. En el interior sobresale el altar principal de estilo neoclásico, también las pinturas y las esculturas que representan la vida de Santa Rosa de Lima, del pincel de Cristóbal de Villalpando.

No hay que perder de vista la torre de la parroquia, en especial a la hormiga roja de piedra y yeso, que según la leyenda: camina lentamente hacia el remate del campanario, una vez ahí, Azcapotzalco desaparecerá.

Un marco labrado en piedra es la entrada al claustro donde aún se conservan pinturas murales de santos dominicos. Arcos y columnas toscanas, rosetones y pinturas murales con elementos de hojas de acanto, vides y anagramas católicos son parte del tesoro virreinal. Al costado izquierdo la portada de cantera da acceso a la Capilla del Rosario, donde se ven retablos barrocos y churriguerescos dorados.