En sus casi mil hectáreas están concentrados una serie de parques cubiertos por bosques de coníferas, encino, pino y oyamel. Es uno de los lugares preferidos para practicar excursionismo, montañismo, ciclismo y caminata.

Entre los parajes más visitados para ascender está el Pico del Águila, el punto más alto del Ajusco, los conocedores hablan de una altura de 3,937 metros; desde ahí es posible mirar el Nevado de Toluca, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Ascender a la cima es posible desde el Espinazo del Diablo y el Llano de la Cantimplora con una dificultad baja, y desde el Albergue Alpino cuya dificultad es media.

En invierno, esta reserva forestal regala un paisaje alpino y en algunas zonas controladas es posible adquirir árboles de navidad.   

También es un espacio concurrido para pasar un momento tranquilo rodeado de montañas. Quien lo visita en plan familiar, encuentra aquí paseos a caballo, recorridos en cuatrimoto, área de gotcha y cabañas con los servicios básicos para pasar la noche. Un imprescindible del lugar es la zona de comida donde se preparan antojitos mexicanos, desde quesadillas, tlacoyos y tacos de cecina hasta sopa de médula y barbacoa.