La Villa de Guadalupe, en la Ciudad de México, recibe a aproximadamente 20 millones de fieles y peregrinos al año. Uno de los destinos obligados de todo viajero a la CDMX es este, para visitar la Basílica de Guadalupe, el santuario más visitado del país.
El primer templo que se construyó en La Villa, fue la Ermita Zumárraga en 1531. Después se amplió, al pie de la anterior, hacia 1647. Dicha ermita tuvo al principio un capellán para después convertirse en vicario, parroquia y más tarde parroquia archipresbiterial. Entre 1695 y 1709 se construyó también, en honor de la guadalupana, un nuevo templo mucho más grande y suntuoso, que sería convertida en Basílica en 1904.
El actual templo, de 1976, es un edificio moderno de planta circular y en forma de carpa. Su techo recubierto de láminas de cobre de color verde, que para unos semeja un manto, se ha vuelto emblemático. El interior fue diseñado para recibir a diez mil fieles al mismo tiempo. La arquitectura, diseño de Pedro Ramírez Vázquez, también creador del Museo Nacional de Antropología, es considerada también una pieza destacada de la arquitectura en México.
El interior de la Basílica de Guadalupe
La imagen de la Virgen de Guadalupe mide 1.22 por 1.83 metros y se ubica detrás de un cristal sobre una suerte de retablo modernista con una gran cruz que está detrás del altar mayor. Por la planta redonda del templo y por no tener el techo apoyos interiores, se puede observar la sagrada imagen desde cualquier punto del templo.
Para poder observarla de cerca, desde abajo, se instaló una pasarela con bandas transportadoras que permite a los fieles acercarse a ver a la Virgen. También luce un gigantesco órgano monumental canadiense de doce mil tubos y cinco teclados.
Su templo, erigido primitivamente en el lugar preciso que señaló Juan Diego, fue primero una humilde ermita, la Ermita Zumárraga (1531-1556). Tiempo después, el arzobispo Montúfar mandó ampliarla, por lo que su nombre cambió a Ermita Montúfar (1557-1622). Más tarde se construyó, al pie de la anterior, la Ermita de los Indios, esto hacia 1647. Dicha ermita tuvo al principio un capellán para después convertirse en vicario, parroquia y más tarde parroquia archipresbiterial. Y cabe señalar que entre 1695 y 1709 se construyó también, en honor de la guadalupana, un nuevo templo mucho más grande y suntuoso, en el que se erigió la Colegiata que sería convertida en Basílica en 1904.
Los atractivos de La Villa
Entre las últimas obras realizadas está la Plaza Mariana, una suerte de centro de atención a los peregrinos; tiene una explanada para que los danzantes se manifiesten, un centro de evangelización con un auditorio y salones para encuentros, reuniones, congresos y convenciones; un columbario con nichos y el Museo Guadalupano. La Villa de Guadalupe también alberga la capilla del Cerrito, la capilla del Pocito y la antigua basílica.
Dónde: Fray Juan de Zumárraga 2, Gustavo A. Madero, Ciudad de México.
