En el siglo XV la zona del Bosque de Chapultepec estaba trazada por una serie de acueductos que conducían el agua de los arroyos hacia los baños y temazcales. En ese entonces, era el área más verde de la cuenca.

Dichos manantiales abastecieron a Tenochtitlan y dotaron de agua a la Ciudad de México hasta principios del siglo XX.

Estudios arqueológicos encontraron que para la construcción de las albercas, los canales y acueductos se usaron los árboles de ahuehuete y de ahuejote. Junto a estas edificaciones aún se miran señales de aquellos enormes árboles.

También han descubierto rocas grabadas con figuras de gobernantes, fechas y símbolos referentes a pasajes de la historia. Llama la atención un monolito con la efigie de Moctezuma tallada en el cerro.

Desde 2018, el INAH realiza un exhaustivo estudio en la zona tras encontrar tres destacados vestigios: fragmentos de un acueducto colonial que llevaba agua de Santa Fe a la Alameda Central; dos ramales que conducían a las cajas de agua -ubicadas al pie del cerro del Chapulín- hacia los Baños de Moctezuma; segmentos de tres estanques lúdico-medicinales construidos en la década de 1870 para convertir los manantiales del bosque en baños públicos de estilo europeo.