Descripción:
Un viaje en trajinera hace posible el encuentro con estos seres emblemáticos de la cultura mexica.
En la época precortesiana, al ajolote evocaba a la deidad Xólotl, hermano de Quetzalcoátl, quien se negó a morir en la hoguera para mantener al sol en movimiento. Por ello huyó y tomó forma de raíz de doble maíz, luego de maguey y finalmente de axolote para esconderse en el lago donde fue encontrado y sacrificado.
Más allá de su presencia en la mitología prehispánica, el ajolote es un anfibio que se distingue por retener caracteres larvarios (ausencia de párpados y un sistema óseo formado por cartílagos) en estado adulto y durante todo su ciclo de vida.
Además, es el único animal capaz de regenerar sus extremidades, sus órganos, sus tejidos lesionados y su médula espinal. Recién se descubrió que el ajolote posee 32 mil millones de pares de bases de ADN, esto significa que su genoma es diez veces mayor que el genoma humano.
Debido al grave deterioro de su hábitat, el ajolote figura como especie endémica en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN). Ante su situación actual, diversas organizaciones civiles ecologistas realizan esfuerzos de rescate y conservación en la zona de canales de Xochimilco como en otros puntos de la CDMX.