Escarpadas montañas pobladas de oyamel y pino cubren senderos y manantiales en donde es posible caminar a la orilla del río, recorrer en bici de montaña o simplemente buscar un lugar y sentarse a admirarlo mientras se oye el correr del agua.

Pocos imaginan que muy cerca del complejo Santa Fe aún sea posible tener estos espacios verdes. Muchos llegan para disfrutarlo con sus mascotas, otros más para vivir un momento en familia.

Quien decide caminar por sus senderos encontrará manantiales, algunos vestigios del antiguo convento carmelita, frondosos árboles, y una población considerable de helechos y setas.

Si la caminata se extiende hasta el parque del Desierto de los Leones entonces hay que aprovechar y conocer la sala de medicina tradicional, el aula de producción de setas y, el criadero de truchas donde es posible elegir el ejemplar que se quiera comer y pedir lo preparen al gusto.

Si se busca un paraje tranquilo, lleno de árboles y de belleza infinita, este valle es el lugar soñado para pasar un día relajado y en contacto con la naturaleza.