En una porción de Coyoacán, sobre avenida Miguel Ángel de Quevedo, se respira un aire con aroma a eucalipto.

Aquí se encuentra el primer vivero forestal en México que después se volvió Parque Nacional. Desde su fundación, allá por 1907, siempre tuvo la tarea de ser el principal proveedor de árboles para los jardines públicos de la ciudad. Su misión de concientizar sobre el tema ecológico y conservar la naturaleza ha crecido durante estas décadas. Dentro de sus instalaciones se ha creado una zona de composta, un semillero, una zona árida y una zona de humedal.

Hoy en día, es un sitio apreciado por los capitalinos para correr entre cedros, nogales, acacias, palmas, jacarandas y pinos. También para comprar plantas y flores en su mercado. Para tomar clases de aerobics, yoga o tai chi. O para caminar por sus senderos y ver las esculturas de madera que por ahí aparecen. Los amantes al ejercicio encuentran aquí un buen lugar con aparatos básicos de un gimnasio.

Si se quiere un árbol para plantar en una vía pública; basta con acercarse a las oficinas del vivero, mostrar el INE y responder un cuestionario para conocer dónde será sembrado, y así den recomendaciones sobre el cuidado. Esta solicitud solo hace de lunes a viernes de 9 a 13:30 horas.