Al sur de la capital se extienden 21 mil metros de áreas verdes que dan forma a este parque ecológico donde se promueve el uso de las diversas ecotecnias, se da a conocer la naturaleza del entorno y se realizan actividades didácticas. Tiene un aspecto tranquilo y de armonía; de vez en vez se miran, como parte de la decoración, algunos vestigios de la construcción que recuerdan la primera fábrica de papel que estuvo ahí en la segunda década del siglo XIX hasta los años ochenta.

Para quienes habitan en la zona, es uno de los parques más entrañables debido a las extensas zonas de pasto que permiten jugar en familia, a los espacios que estimulan el trabajo manual a través del reciclaje como el Laboratorio de Mamá Tierra, a los talleres infantiles que enseñan cómo generar la energía de manera natural, a la casa ahorradora que muestra cómo vivir ecológicamente.

Vale la pena conocer la granja integral de auto consumo, el invernadero, la librería especializada en temas ecológicos; el Liceo cultural, Artes y Oficios donde se imparte el taller para aprender barro y vitral, y cursos para niños y adultos de dibujo y pintura. Aquí está un café y restaurantes para disfrutar del lugar al máximo.