La tradición agrícola de Milpa Alta es el eje principal de este centro de educación ambiental. Aquí, Cándido Abad se encarga de conservarla y difundirla.

Un sendero rodeado de rocas conduce a una extensa área repleta de flora endémica. A la distancia se miran parcelas de maíz y de maguey, nopaleras y campos con un sinnúmero de plantas medicinales: eucalipto, albahaca, ruda, laurel, menta y tomillo son algunas de las muchas plantas que en esta tierra encuentran un suelo próspero para desarrollarse.

Durante el recorrido, Cándido explica a detalle, los tipos de plantas que ahí se cultivan, y muestra las variedades de nopales y magueyes.

Andar por los senderos rodeados de nopales, milpa o magueyes permite encontrarse, de vez en vez con fauna de la región.

Quien esté interesado, ahí se ofrecen talleres ambientales y artesanales. Y espacios para organizar eventos sociales. Como parte de las instalaciones del centro hay palapas, espacios para acampar, un foro al aire libre donde se realizan obras de teatro, conciertos y recitales.