Descripción:
Si bien antes se dedicaba a la agricultura y la ganadería, ahora, desde hace tres años, ha querido rescatar el cultivo del maguey y la producción de pulque. Asistir al mágico proceso de elaboración de esta bebida fermentada es algo digno de considerarse. Y aquí se camina entre magueyes que han tardado de ocho a diez años en crecer, capados en luna recia para que no se llenen de gusanos, y luego raspados en luna nueva para permitir que de sus poros vaya saliendo, poco a poco, el aguamiel que ha de ser transformado en pulque. Una visita a Amoltepec incluye la degustación de la miel de agave y el destilado de pulque que aquí se fabrica. Además, la hacienda tiene diez habitaciones que parecen traídas del pasado: dispuestas alrededor de un patio con una fuente al centro. Es posible andar a caballo o bicicleta de montaña en sus inmediaciones, y se ofrecen paseos en bote por un lago que bien podría pertenecer a un cuento de hadas.